Esta ilustración va para ti…persona joven, sana y fuerte…que piensas que no pasa nada por salir un ratito a la calle a desfogarte del encierro. Pero si pasa y mucho. Unos minutos de desahogo, un pequeño momento de gloria en el que te arriesgas a infectarte. Total, tampoco haces daño a nadie…¿o sí?…¿qué pasa si te infectas? ¿Te compensará cargar sobre las espaldas el resto de tu vida con la muerte de una persona mayor a la cual le quitarán el respirador para que tú por inconsciente ocupes su lugar? Porque yo creo que no.

Esto es lo que está pasando ahora mismo en todo el mundo. Estamos perdiendo a muchísimas personas, pero sobre todo a nuestros mayores. En residencias porque se quedan abandonados y olvidados por el gobierno. En los hospitales porque no dan abasto y deben elegir. Sí, suena cruel, pero deben elegir quién va a morir.

Hemos agradecido a todo el mundo a quien se podía agradecer. A todos aquellos que se están dejando la piel por sacar esto adelante, pero sinceramente, creo que no se está agradeciendo lo suficiente a las personas que literalmente están dando su vida por los demás.
Jamás existirán palabras ni actos para agradecer a estos ángeles, que estén dejando su lugar a personas más jóvenes, más fuertes y con más posibilidades de salir de esto.