Fecha
2019
Mi templo, mi cuerpo
Desde que nacemos se nos enseña a crecer odiando nuestro cuerpo, envidiando el de otras personas. Se nos incita a luchar hasta rozar lo insano con tal de conseguir aquello a lo que ansiamos parecernos.
Y la realidad, es que hasta aquellas personas que consideramos “perfectas”, están llenas de inseguridades y miedos.
Hay personas cuyas inseguridades quizás no residan tanto en lo físico, pero lo más probable es que lo hagan en cualquier otro aspecto.
Tenemos miedo al rechazo, a pesar de que se nos enseña a rechazar todo aquello que es diferente. Nos creemos con derecho a juzgar a los demás e incluso a hacérselo saber sin pensar en las consecuencias.
Pero, ¿por qué no simplemente buscar en cada persona aquello que le hace brillar en lugar de potenciar lo que le atormenta? ¿Por qué nos cuesta tanto decir a los demás todo lo positivo que nos transmiten?
Nos han educado así y no es fácil cambiar de la noche a la mañana, por eso tampoco debemos juzgarnos, simplemente reflexionar cada vez que nos pasan ese tipo de pensamientos por la mente e invertirlos.
¿Y si tratamos de esforzarnos en hacer este ejercicio hasta el punto en el que empecemos a hacerlo de forma inconsciente?
Fecha
2019
Mi templo, mi cuerpo
Desde que nacemos, se nos enseña a crecer odiando nuestro cuerpo, envidiando el de otras personas, se nos incita a luchar hasta rozar lo insano con tal de conseguir aquello a lo que ansiamos parecernos.
Y la realidad, es que hasta aquellas personas que consideramos “perfectas”, están llenas de inseguridades y miedos.
Hay personas cuyas inseguridades quizás no residan tanto en lo físico, pero lo más probable es que lo hagan en cualquier otro aspecto.
Tenemos miedo al rechazo, a pesar de que se nos enseña a rechazar todo aquello que es diferente. Nos creemos con derecho a juzgar a los demás e incluso a hacérselo saber sin pensar en las consecuencias.
Pero, ¿por qué no simplemente buscar en cada persona aquello que le hace brillar en lugar de potenciar lo que le atormenta? ¿Por qué nos cuesta tanto decir a los demás todo lo positivo que nos transmiten?
Nos han educado así y no es fácil cambiar de la noche a la mañana, por eso tampoco debemos juzgarnos, simplemente reflexionar cada vez que nos pasan ese tipo de pensamientos por la mente e invertirlos.
¿Y si tratamos de esforzarnos en hacer este ejercicio hasta el punto en el que empecemos a hacerlo de forma inconsciente?